TERCER SORBITO

TERCER SORBITO

Una vez más, siento como la vida me mece con suavidad y cariño a pesar de todo. Me gusta acercarme al té con lentitud unas veces, otras siento que llego tarde, pero lo bueno es llegar.

Se necesita tiempo para hacer un té como éste. Hoy, curiosamente, lo siento como el sonido de un arpa que despierta en mi el hondón del alma para unirme a ti, esté donde estés. El té se va extendiendo taza a taza, sorbito a sorbito, ya sea por gusto, por mis circunstancias, o el placer de calentar el agua, fuente de vida y vida quiero que sintáis en todo momento a pesar de los problemas que ella nos depare.

Siempre predomina en mí la alegría, la actitud positiva. A veces suceden cosas y las espantan. Entonces ambas se ocultan pero al cabo de un rato siento que me falta algo, las llamo, bajito, y como me son fieles acuden raudas. Es cierto, la alegría y la positividad ven las cosas diferentes, hasta la enfermedad.

La sonrisa es un buen tratamiento y no tiene efectos adversos, claro que a veces nos hipotecan los miedos. Soy luchadora nata. Si a partir de un momento dado uno cambia su actitud, los efectos beneficiosos aparecen como por arte de magia.

Nuestra mente es el mejor amigo invisible, pensad que nada tiene más fuerza que la propia voluntad. Las energías positivas son como soldados a nuestras órdenes siempre que libremos una lucha con nuestras células negativas.

Nuestra mente es el único territorio que nos pertenece, del que no nos pueden expulsar nunca jamás y nuestro cuerpo es el santuario privado. La mente es quién lo dirige y el espíritu nos avisa siempre. Lo mismo que empleamos un tiempo para el trabajo, comer, pasear, lo debemos hacer con la vida, el silencio y nuestro cuerpo ya que también hablan. Solo hay que escuchar.

A veces nuestros sufrimientos nos encierran en nosotros mismos, sólo vemos nuestro problema y somos incapaces de extender la mirada hacia tantas cosas que hacen que la vida siga siendo hermosa. Me han dado el alta médica de mi segunda intervención quirúrgica después del tratamiento de quimioterapia y me siento feliz por ello.

Hoy nuestras energías van destinadas, ¡cómo no¡, al Hospital de Gran Canaria- Doctor Negrín. La esperanza de mi salud y recuperación tiene en sus manos nombre propio. Doctor Juan Hernández Romero y su equipo, Dr. Antonio Acosta Socorro, Doctores Aguiar padre e hijo, Doctor Bohn y Doctor Cabrera, y en particular a mis enfermeras del alma, Sofía Bonny, Ángeles, Lucy, Maca, y a Lidia y sus compañeros de recepción que siempre nos reciben con una sonrisa para hacernos más llevadero el tiempo de espera. Gracias Berta por tu diligencia y cariño al recibirnos en la consulta.

En fin, a todos y cada uno de esos queridos miembros de esa segunda casa que ha sido y sigue siendo ese centro de luz y esperanza. Todos necesitamos puntos de apoyo, y he recibido tantos...

Doy las gracias a la Cadena de Unión de todos los Masones esparcidos por la faz de La Tierra por la rueda de energía y pensamientos positivos que me han dedicado durante mi periodo de convalecencia y de forma muy especial a los miembros de la Respetable Logia Abora nº 87 de los Valles de Santa Brígida al Oriente de la Gran Canaria.

Las Palmas de Gran Canaria, a 10 de Noviembre de 2005