EL TE Y MI CUMPLEAÑOS
Hay amaneceres
asombrosos y felices en la vida y hoy es uno de ellos. Mi alma esta ilusionada,
mi corazón gozoso... El sueño de Peter Pan es no crecer jamás, claro que
siempre se sigue siendo niño. Pero el niño que fuimos ha corrido veloz, el
tiempo no podemos atraparlo. No olvidemos que se envejece cuando uno deja de
sorprenderse y tener ilusiones.
Con el paso
del tiempo vamos cambiando junto con las costumbres y hasta nuestra psicología.
La personalidad también se transforma y no digamos el físico. Lo que no hay que
perder es el animo. Todos nos miramos al espejo pero no nos reconocemos, no es
que el espejo esté roto o se equivoque ¡es que somos del siglo pasado!
Con los años y
la experiencia se templa el sentido de la vida plena de vivencias y
sentimientos. A partir de los sesenta hay que pensar que el tiempo que nos
queda es mas para vivir,saborear y disfrutar cada segundo. Lo
importante es cumplir años añadiéndole vida a los mismos ya que lo mejor que
nos puede pasar es llegar a viejos pleno de ella. ¿Pero cómo? siendo generoso,
alegre, agradable, desprendido y paciente...
Ahora bien
todo esto hay que cultivarlo a lo largo de nuestro devenir. Lo que uno
siembra,recoge. No hay más...
Volver a
sentir emociones gratas y recuperar sueños, deseos olvidados, nos hace tener la
sensación de renacimiento. Cada minuto que se pierde es lo que dejamos de
vivir, el aburrimiento y la rutina son hastío. El tiempo no pasa para todos
igual, es así de caprichoso y generoso. No desperdicies el tuyo.
La vida tiene su propio
recorrido, el tiempo nos dará amigos míos la respuesta a lo que anhelamos. Yo
anhelaba este momento, aprovecharlo en vuestra compañía. Da igual el día pero
el té de mi cumpleaños es una fecha importante para compartirla con todos
vosotros aquí en la Playa de la Garita, mejor imposible. Hoy siento como si
fuera la mitad de mi vida, gracias a vosotros es la mejor mitad. Me habéis
obsequiado con el mayor de los regalos, vuestra presencia y vuestra amistad y
los que están lejos, están aquí. Para terminar unas palabras de Henri Bordeaux:
A lo largo de la juventud pensamos amar
pero solamente cuando hemos envejecido en compañía de otro, conocemos la fuerza
del amor.
Mi cariño y
nuestras energías van hoy destinadas a una linda criatura que he visto crecer a
lo largo de estos años, siendo hoy una joven y guapa emprendedora que con su
afán y lucha diaria saca adelante sus ilusiones, Eva Cruz Bofill, de Madrid,
madre de una preciosa niña de nombre tan hermoso como ella, Aitana.
Las Palmas de Gran Canaria , a 18 de julio de 2008